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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Portonovo


Estoy poniendo estos Posts ultimamente desde un ordenador que tengo que es mas viejo y lento que yo, bueno no tanto. Es un martirio encenderlo. Recuerdo que cuando trabajaba, un compañero se gano una buena bronca porque en una presentación a un cliente este dijo que la solución era un poco lenta y mi colega contesto que daba tiempo a tomarse un bocadillo. Creo que le castigaron a comerse un bocadillo cada vez que encendía el ordenador. Por supuesto, el castigo me lo he inventado yo. El que tiene un castigo soy yo con mi cacharro.
En realidad este blog es de pintura. En este paisaje de Portonovo de mi querida Galicia he puesto el horizonte muy bajo para dar el protagonismo al cielo. En el cielo he puesto tonos violetas, naranjas y azules además de blanco por donde se escapa el sol. Del cielo estoy bastante satisfecho, los edificios en en una pintura no muy grande, son difíciles de pintar y el mar es manifiestamente mejorable , expresado en lenguaje politiquero. Si pintas cientos de frutas terminas aprendiendo a pintarlas. El próximo año pintaré mas paisajes para dominar el tema, dentro de mis posibilidades. Yo siempre dejo todo para el año próximo, no como esas personas aceleradas que lo dejan para el día siguiente.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Bosque al atardecer



De nuevo elijo una fotografía de Esmeralda para pintar un paisaje, aunque esta vez todavía se parece menos al original en el que se inspira. He cambiado la luz y he imaginado un atardecer, seguro que el sol no se pone por donde yo he pintado, pero eso lo saben los que han estado allí y espero que guarden el secreto. He puesto los colores muy diluidos para dar suavidad a las sombras, quitando elementos del fondo y dejando unos árboles con colores apagados a medida que se alejan del primer plano. El centro de interés esta en el árbol, que destaca sobre las luces del fondo, lo mismo que ocurre en la foto.
Para compensar o acompañar el cuadro -eso depende de cada uno- copio unos versos de Antonio Machado, que me sirven de disculpa:

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas! ...
¿Adònde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—.
«En el corazòn tenía
la espina de una pasiòn;
logré arrancármela un día,
ya no siento el corazòn.»